Rudolf Hess vuela en secreto a Escocia
A pesar de la prohibición de Hitler de volar, en la noche del 10 de mayo de 1941, Rudolf Hess realizó su cuarto intento para llegar a Escocia. Al no poder ubicar el campo de aterrizaje en Dungavel, la casa del Duque de Hamilton, se lanzó en paracaídas. En la imagen, los restos del Messerschmitt Bf110 que se estrelló poco después de que Hess abandonó los controles de la aeronave.
El 10 de mayo de 1941, Rudolf Hess despegó de Augsburgo, en Baviera, vestido como un piloto de la Luftwaffe. Su avión era un caza-bombardero Messerschmitt Bf110 desarmado, equipado con dos tanques de combustible adicionales para extender su radio de acción a 4,200 kilómetros o 10 horas de vuelo.
Justo después de las 10 de la noche Hess cruzó la costa británica en la isla de Farne y antes de las 11:00 creía haber llegado a la Casa Dungavel, el hogar del duque de Hamilton. A las 23:06, no pudiendo localizar la pista de aterrizaje en Dungavel, invirtió su avión y se lanzó en paracaídas en un campo en la granja Floor, en Eaglesham, al sur de Glasgow, Escocia. Después de haberse lesionado el tobillo al salir de la aeronave, fue rápidamente detenido por el granjero David McLean empuñando un tridente, quien había sido alertado de su presencia al estrellarse el avión tres minutos después.
El granjero McLean declaró a los periódicos británicos:
Yo estaba en la casa y todo el mundo estaba en la cama por la noche cuando oí el rugido de un avión por encima.
Mientras corría hacia la parte posterior de la finca, escuché un estruendo y vi el avión estallando en llamas en un campo alrededor de unas 200 yardas de distancia.
Estaba sorprendido y un poco asustado cuando vi un paracaídas cayendo lentamente hacia tierra a través de la creciente oscuridad.
Mirando hacia arriba, pude ver a un hombre balanceándose del arnés.
Margaret Baird, la esposa del granjero Basil Baird, quien era dueño de la granja Floor, escribió en una carta a su hermana acerca de esa extraordinaria noche:
Me despertó el zumbido del avión y escuché dos ruidos sordos como disparos muy lejanos... me dijeron que tenían a un piloto alemán, Davy dijo que era mejor llevarlo a la casa para tomar una taza de té. El avión estaba ardiendo brillantemente en el campo Bonnyton.
Mientras tanto, un grupo de guardias nacionales llegaron en un vehículo y estuvieron fascinados de saber por el abuelo y Basil que un Jerry [alemán] estaba en la casa de campo.
Estábamos de pie a un lado de nuestro jardín cuando salió, cojeando bastante mal con una media docena de guardias nacionales con bayonetas fijas cerca de su espalda.
EEl informe de la Oficina de Asuntos Exteriores británica describe los hechos durante el encuentro con el Duque de Hamilton y Rudolf Hess a la mañana siguiente de la sorpresiva llegada del segundo de Hitler a Escocia:
Hess voló a Gran Bretaña en un Me110, del cual aterrizó en paracaídas en la noche del 10 de mayo de 1941 en Eaglesham en Escocia. Llevaba el uniforme de un capitán de la Fuerza Aérea alemana. Dio su nombre como Alfred Horn y declaró a la Guardia Nacional y a la Policía que estaba en una ‘misión especial’ para ver al Duque de Hamilton y que había tenido la intención de aterrizar en Dungavel, a 12 millas de distancia del lugar donde aterrizó.
El prisionero fue llevado a los Cuarteles de Maryhill y entre sus pertenencias se encontraron fotografías de sí mismo y de un niño pequeño, también las tarjetas de visita del Dr. Karl Haushofer y el Dr. Albrecht Haushofer, su hijo. No se encontraron otros documentos o identificaciones en el prisionero.
El domingo, 11 de mayo, a las 10 a.m., el comandante de ala, el Duque de Hamilton, llegó a los Cuarteles de Maryhill y visitó al prisionero con el oficial encargado del interrogatorio y el oficial militar de guardia.
A petición del prisionero, estos dos últimos agentes se retiraron. A continuación, declaró al comandante de ala que éste había almorzado en su casa en Berlín durante los Juegos Olímpicos en 1936 y añadió: ‘soy Rudolf Hess’. El comandante de ala no tenía ningún recuerdo del prisionero y no estaba enterado de haber visto o conocido nunca antes a Rudolf Hess.
El prisionero entonces prosiguió: ‘Estoy en una misión de humanidad. El Führer no quiere derrotar a Inglaterra y quiere detener el combate’. Dijo que su amigo Haushofer le había dicho que el comandante de ala era un inglés que comprendería su punto de vista. Había tratado de organizar una reunión en Lisboa. Él había intentado en tres ocasiones antes de volar a Dungavel, siendo la primera vez en diciembre de 1940, pero había vuelto de regreso por el clima o varias otras razones.
No quiso venir durante la época de éxitos británicos en Libia para que no pareciera que era la debilidad de Alemania la que motivó el vuelo, pero ahora que Alemania había tenido cierto éxito allí estaba contento por venir.
Hizo hincapié en que su presencia mostraba su sinceridad y la voluntad de Alemania para la paz.
Su tema principal fue que Hitler estaba convencido de que Alemania ganaría tarde o temprano; que él [el prisionero] quería detener la masacre innecesaria. Le pidió al comandante de ala reunir a los principales miembros de su partido para hablar sobre las cosas con el fin de hacer propuestas de paz. A continuación, declaró que él podía decir cuáles serían las condiciones de paz del Führer. El comandante de ala señaló que ahora había sólo un partido en Gran Bretaña.
El comandante de ala voló de inmediato a Londres e informó sobre esta conversación, indicando que, a pesar de que no podía estar seguro, creía que el prisionero era, de hecho, Rudolf Hess.
Si quieres saber más, busca la referencia de catálogo FO 371/34484 en los Archivos Nacionales británicos.
Rudolf Hess fue uno de los líderes del partido nazi conocido por su feroz lealtad a Hitler. Pasó un tiempo con Hitler en la prisión de Landsberg en 1923, donde registró y editó el dictado de Hitler para Mein Kampf [Mi Lucha].