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La gran tarea para salvar al SS Ohio

El buque tanque Ohio dañado, apoyado por los destructores HMS Penn (izquierda) y el HMS Le

El buque tanque Ohio dañado, apoyado por los destructores HMS Penn (izquierda) y el HMS Ledbury (derecha) de la Armada Real, se acerca a Malta después de un viaje épico a través del Mediterráneo como parte del convoy WS21S (Operación Pedestal) para abastecer de combustible y otros suministros vitales a la isla sitiada. La espina del Ohio estaba rota y sus motores fallaron durante los primeros ataques de los alemanes e italianos. Debido a la importancia vital de su carga (10,000 toneladas de combustible que permitirían a los aviones y a los submarinos con sede en Malta volver a la ofensiva) no podía ser abandonada. En una maniobra altamente inusual, los dos destructores se apoyaron a los costados para mantener su flotabilidad y para proporcionar energía durante el resto del viaje. El tanquero se hundió una vez que terminó de entregar su preciada carga. 

Probablemente el barco más importante del convoy Pedestal era el buque tanque petrolero Ohio, un barco estadounidense con tripulación británica. Su carga era esencial para la continuación de la lucha desde Malta; tenían que hacerse todos los esfuerzos para llevarlo a puerto. La nave fue abandonada dos veces durante el trayecto del convoy -pero luego volvió a ser abordada-. Finalmente, todavía a unos 65 kilómetros de Malta, con su sala de máquinas destruida, tuvo que ser amarrada entre dos destructores y auxiliada para completar la última parte del viaje. Afortunadamente, el llegar dentro del rango de la cobertura de los cazas aliados en Malta representó que los ataques aéreos se redujeran considerablemente en el último día de su viaje.

 

Su capitán, Dudley Mason, fue galardonado con la Cruz de San Jorge por sus esfuerzos por salvar la nave:

El Rey se ha dignado conceder la Cruz de San Jorge al capitán Dudley William Mason, Maestre, SS Ohio. Durante el trayecto a Malta de un convoy importante, el barco del capitán Mason sufrió ataques muy violentos. A lo largo, ella fue foco de ataques y fue torpedeada a principios de una noche. Aunque gravemente dañada, sus motores se mantuvieron en marcha y el Maestre realizó un magnífico trayecto dirigiéndola a mano y sin brújula.

Los artilleros de la nave habían contribuido a derribar uno de los aviones atacantes. El buque fue alcanzado una vez más antes de la mañana, pero a pesar de que no se hundió, su sala de máquinas estaba destruida. Fue entonces que ella fue remolcada. Las difíciles condiciones de manejo de la embarcación y los persistentes ataques del enemigo hicieron que el progreso fuera lento y no estaba claro si iba a mantenerse a flote.

Todo el día siguiente el progreso de alguna manera continuó y el barco llegó a Malta después de una noche más en el mar. La violencia del enemigo no impidió que el Maestre lograra su propósito. En todo momento él demostró habilidad y valor de primer orden y se debe a su determinación que, a pesar de la oposición del enemigo más persistente, el buque, con su valiosa carga, eventualmente llegó a Malta y atracó de forma segura.

También se reconoció a dos marineros estadounidenses a quienes se les concedió la Medalla de Servicio Distinguido de la Marina Mercante -Frederick August Larsen, Jr., tercer oficial subalterno, y Francis A. Dales, cadete guardiamarina de cubierta en la SS Santa Elisa/SS Ohio-. Ellos habían sido rescatados de la SS Santa Elisa cuando se hundió, pero se ofrecieron como voluntarios para dotar los cañones del Ohio:

SS Santa Elisa/SS Ohio

08/11 al 08/15/42

 

Por heroísmo más allá del llamado del deber.

 

Su barco era un carguero llevando bidones de gasolina de alto octanaje, uno de los dos buques estadounidenses, en un pequeño convoy británico hacia Malta. Las órdenes eran “llegar a puerto a toda costa”. Fuertemente escoltado, el convoy se trasladó hacia el Mediterráneo y antes del mediodía de ese día, el ataque del enemigo comenzó. A partir de entonces, todo el convoy estuvo bajo ataques constantes de los aviones y submarinos del Eje. Asignado al mando de un cañón antiaéreo montado en el puente, Dales contribuyó a la defensa exitosa de su barco durante tres días.

 

A las 4:00 A.M., en la mañana del cuarto día, lanchas torpederas lograron penetrar y dos atacaron desde lados opuestos. Escabulléndose, bajo la estrecha cubierta de la oscuridad, una abrió fuego a quemarropa sobre la posición de Dales con cuatro ametralladoras calibre .50, barriendo el puente y matando a tres de los hombres de los cañones durante las primeras ráfagas. La otra lanzó su torpedo mortal en el lado opuesto del carguero. Ni el intenso fuego de la primera lancha torpedera o el torpedo de la segunda lograron que Dales y su tripulación dejaran su cañón. Con sólo los destellos como guía para dispararles en la oscuridad, encontró el objetivo y la primera lancha explotó en llamas y se hundió. Pero el torpedo lanzado por la otra había hecho su trabajo mortal. La carga de gasolina de alta prueba se encendió y el barco estadounidense fue envuelto en llamas. A regañadientes, se dieron órdenes para abandonarla.

 

Dos horas después, los sobrevivientes fueron rescatados por un destructor británico, que luego procedió a remolcar a un tanquero [SS Ohio] que había sido bombardeado y no podía maniobrar. Después de cinco horas de constante bombardeos en picada, el buque fue alcanzado una vez más -su tripulación la abandonó- y el destructor se vio obligado a soltarlo. Sin embargo, la carga que llevaba era muy importante para la defensa de Malta, y que tenía que llegar. El destructor de rescate y otro destructor navegaron hacia él –se amarraron a cada lado del tanquero impactado -y lo remolcaron en un intento decidido por llevarlo a puerto.

 

Dales y otros cuatro se ofrecieron como voluntarios para abordar el tanquero y dotar sus cañones con el fin de aportar más poder de fuego para su defensa. Los barcos encadenados, avanzando lentamente y volviéndose un blanco perfecto, fueron atacados por el poder aéreo enemigo concentrado. Ese día entero, ola tras ola de bombarderos alemanes e italianos se lanzaron contra ellos y fueron rechazados por una cortina de artillería pesada. Las bombas caían a horcajadas, fallando por muy poco, pero no hubo impactos directos hasta el mediodía del día siguiente, cuando el tanquero finalmente recibió una bomba en su chimenea, que voló la parte inferior de la sala de máquinas. A pesar de que continuó alentándose hasta que sus cubiertas estuvieron inundadas, lucharon por hacerlo atravesar hasta que la noche los puso bajo la protección de la recia fuerza aérea en Malta.

 

El valor de este magnífico joven cadete constituye un grado de heroísmo que será una fuente de inspiración permanente para los marineros de la Marina Mercante de los Estados Unidos en todas partes.

El buque tanque Ohio, considerablemente dañado, finalmente entra en La Valletta, en Malta.

El buque tanque Ohio, considerablemente dañado, finalmente entra en La Valletta, en Malta, en la mañana del día 15 de agosto de 1942, auxiliadO por destructores de la Marina Real, después de un viaje épico a través del Mediterráneo, como parte del convoy WS21S (Operación Pedestal). 

El capitán del Ohio, Dudley Mason, condecorado con la Cruz de San Jorge por llevar el buqu

El capitán del Ohio, Dudley Mason, condecorado con la Cruz de San Jorge por llevar el buque tanque a Malta.

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