Minas y trampas letales soviéticas
Tropas alemanas intentando detectar minas soviéticas en un camino de tierra.
La ofensiva de verano alemana de 1942 tenía como objetivo primordial llegar a los campos petroleros de Bakú, en el Cáucaso, así como un avance en dirección hacia el sureste de la Unión Soviética a lo largo del Río Volga. El 9 de julio, Hitler dividió el Grupo de Ejércitos Sur en dos, renombrándolos Grupos de Ejércitos A y B.
La división del Grupo de Ejércitos Sur provocó alarma entre el la jerarquía militar alemana y Hitler fue advertido de lo peligroso de esta segmentación, pero Hitler persistió en esta decisión por razones estratégicas.
En el Grupo de Ejércitos B se encontraba el 6º Ejército, al mando del general Friedrich von Paulus, cuyo objetivo se convertiría, en días posteriores, en un lugar denominado Stalingrado. Hans Roth, con la 299ª División de Infantería, parte del 6º Ejército, describe con gran detalle las trampas soviéticas que los elementos de su unidad debían enfrentar, la resistencia estaba siendo feroz:
14 de julio: 1900 horas. Hubo una explosión repentina a unos 25 o 30 pasos a la derecha delante de nuestra línea de tanques. Unos momentos después, una segunda detonación, incluso más grande, ocurre en el mismo lugar, seguida por dos más a unos 80 pasos de nuestros panzers. El líder del batallón en el lugar y unos cuantos hombres son lanzados por encima por la fuerza de la explosión; las tropas en las trincheras del frente son enterradas vivas. Sin embargo, las trincheras de apoyo [grabenbesatzung], no se derrumbaron; la presión principal de la explosión pasa sin hacer mucho daño al frente. Excepto por algunos rasguños, no me hizo nada a mi o a mis hombres.
Con el repentino inicio del fuego de artillería, una unidad de asalto intenta irrumpir a través de nuestra posición. Todo se pone de cabeza con granadas de mano y carabinas; nuestras ametralladoras pequeñas y grandes que estaban enterradas bajo las bermas colapsadas no funcionan y son inútiles en combate a corta distancia.
Incluso somos capaces de capturar algunos prisioneros mientras todo esto ocurre. Más tarde dirán cosas interesantes cuando sean interrogados. Aparte de una docena de heridos y tres muertos, esta vez escapamos con nada más que un ojo morado. ¡Combate de posición fija a combate de minas! ¡Ahora estamos allí! Lo único que me está faltando ahora es combustible.
Del ataque también descubrimos lo siguiente: el origen del túnel fue localizado en la primera trinchera al otro lado de nuestra posición. Grandes cantidades de unidades de asalto fueron desplegadas para la construcción del túnel, que el 14 [de julio] era de 170 metros de largo. En el túnel, veinte hombres trabajaban a la vez y el trabajo era completado con un cortador de tierra con la forma de un cortador de rábano. Debido a la arcilla suave, pudieron lograr completar el trabajo casi en completo silencio. Al final de túnel, en la misma cámara explosiva, había, de acuerdo con el testimonio del prisionero, una bomba de 1,000 kilogramos, la cual fue detonada el 14. El incidente puede ser contado como una de las formas más astutas de combate por parte de los Rojos. Difícilmente pasa un día, durante esta campaña singularmente brutal, que los Rojos no nos traigan pérdidas por medio de uno u otro plan diabólico.
Lo siguiente es sólo un ejemplo pequeño de esto:
Los globos cableados y granadas de fósforo ya no son nada nuevos, ya que los conocimos el pasado invierno junto con cincuenta diferentes tipos de minas. Sin embargo, por otro lado, están las trampas de minas. Los bolcheviques especialmente astutos cruzan las líneas alemanas por la noche y, en diferentes puntos, colocan señales con lo siguiente escrito en alemán: “¡Atención! ¡Minas! ¡Los camiones deben conducir por la derecha!” Por supuesto, el lado derecho del camino está minado y el camión encuentra su final.
Otros ejemplos: el cartel “Este es un pasaje libre de minas” es colocado en medio de un campo minado o en un cráter infestado de minas verás un letrero de cartón diciendo “estación de recolección de granadas vacías” –‘Recuerda camarada, ¡el frente de casa necesita materia prima para poder proporcionarte nuevas granadas!’” Muchos hombres concienzudos cayeron víctimas de este truco malicioso antes de ser advertidos de arriba.
Que nada sea sagrado para el schweine Rojo puede ser demostrado por lo siguiente: en el ir y venir de la guerra posicional, muy frecuentemente camaradas muertos son dejados atrás en territorio enemigo. Se espera que un contraataque al día siguiente traerá las secciones perdidas de vuelta a nuestras manos. Los Rojos saben que es el trabajo mínimo del honorable soldado alemán al menos enterrar a sus camaradas caídos. Ellos saben que nosotros hacemos esto con la paz y devoción que los soldados del frente deben a sus camaradas caídos. Precisamente por esto, ellos hacen algo que es inimaginablemente diabólico y cruel: ellos conectan los brazos tiesos o las extremidades destrozadas de los caídos con una mina, que vuelan en pedazos a nuestros camaradas que quieren enterrarlos. Una y otra vez, estoy horrorizado ante la vileza de esas cosas.
Hace unos días, una nueva mina rusa con la forma de un botiquín de primeros auxilios, mostrando una cruz roja, fue utilizada por partisanos como una trampa para un camino de suministros. Detonó cuando fue recogido, que mató al conductor del camión. Además del familiar lance de lapiceros y plumas fuente cargados de explosivos sensibles, ahora también la fuerza aérea rusa lanza pequeños botiquines de primeros auxilios semejantes a los botiquines alemanes. Cuando se desenvuelven vendajes, un casquillo detonador altamente sensible explota, causando heridas abdominales y faciales extensas.
De acuerdo con la declaración de un desertor -un oficial- la fuerza aérea rusa tiene lo siguiente a su disposición:
-Cajetillas de cigarrillos: al abrirlos detonarán
-Relojes de bolsillo: cuando uno intenta darles cuerda explotan
-Ranas de color gris: la detonación ocurre cuando se aplica presión al cuerpo de aspecto natural.
En Maloarchangelsk, a lo largo del camino de provisiones, se recogieron paquetes de correo de 100 gramos con direcciones y remitentes alemanes. Al tocarlos, explotaban y causaban quemaduras serias. En ese mismo tenor, latas ovaladas pequeñas fueron encontradas con el marbete “tratamiento de aceite para mosquitos y piojos”, junto con un efecto explosivo muy peligroso. Y así sucesivamente… Otra cosa maravillosa que ha causado gran confusión durante las noches difíciles cerca de Droskowo.
¡Escuchen! Lo siguiente ha sido confirmado por fuentes oficiales: “Granadas de sonido rusas”. La granada explota a unos cuantos metros por encima del suelo; después de la detonación, un sonido es audible por diez segundos, el cual es muy similar al sonido del impacto. Lo que causa este sonido no puede ser explicado. A pesar de una investigación minuciosa de los sitios de impacto, nada puede ser encontrado que pueda explicar qué causa tales sonidos.
Podría enlistar más de una docena de ejemplos similares. ¡Son siempre los mismos! Los bolcheviques son muy superiores a nosotros cuando se trata de hacer la guerra de esta manera. Es una superioridad lamentable y ¡una peligrosa!
Si deseas saber más, lee “Eastern Inferno: The Journals of a German Panzerjäger on the Eastern Front, 1941-43” [Infierno oriental: Los diarios de un cazador de tanques alemán en el Frente del Este, 1941-1943], editado por Christine Alexander y Mason Kunze.
Los alemanes subrayaban la importancia de marcar los campos minados y trataban de hacerlo de tal manera que no pudieran ser reconocidos por el enemigo, pero que fácilmente pudieran ser encontrados por sus propias tropas. Inicialmente, los métodos de marcado de campos de minas no eran uniformes. No obstante, los soviéticos mostraban su ingenio colocando letreros que engañaban a los alemanes y los hacían pensar que no había minas del todo; aunado a ello colocaban trampas explosivas en utensilios comunes como herramientas y cigarrillos. En la imagen, soldados alemanes colocan un cartel señalando que el terreno está libre de minas.