El Estado nazi perdurará por el próximo milenio
Hitler pronunciando su discurso el 4 de mayo de 1941, después de la conclusión de la campaña en los Balcanes.
A las seis de la tarde del 4 de mayo, Hitler habló ante el Reichstag, dando el informe triunfal de la campaña en los Balcanes. En un discurso usualmente prolongado e interrumpido en varios momentos por el aplauso de los asistentes, que eran seleccionados para estos eventos, el Führer se volcó en un sinfín de declaraciones inflamatorias en contra de Inglaterra.
En su discurso no sólo amenazó contraatacar centenares de veces si los ingleses bombardeaban las ciudades alemanas, llamando a Churchill estúpido, ebrio y desquiciado, sino también repitió su profecía sobre que el régimen nazi subsistiría por mil años.
¡El año 1941 deberá entrar en la historia como el mejor año de nuestro surgimiento! En este espíritu, la Wehrmacht alemana, el ejército, la marina y la Luftwaffe cumplirán con su deber.
En este punto, quiero expresar mi agradecimiento al soldado alemán aquí, que de nuevo cuenta llevó a cabo tantas acciones excepcionales en esta campaña y mi agradecimiento al pueblo alemán en las ciudades y en el campo, cuya diligencia creó las condiciones para estos éxitos. En especial me gustaría dar las gracias a aquellos Volksgenossen [camaradas nacionales] que cayeron como víctimas de esta guerra o que están heridos y aquellos que, como miembros de la familia, lloran por estas víctimas. Cuando, en todo esto, vemos al gobernante todopoderoso de todos los destinos, entonces debemos estar agradecidos especialmente con Él por permitirnos obtener estos grandes éxitos con el gasto de tan poca sangre. Sólo podemos pedir a Él que tampoco abandone a nuestro pueblo en el futuro. Todo lo que podamos hacer para defendernos de nuestros enemigos deberá realizarse.
¡Un espíritu ha cobrado vida en este país, como uno que el mundo nunca ha visto antes! ¡Una sensación de comunidad creyente se ha apoderado de nuestro pueblo! Ningún poder en la tierra podrá nunca más arrancar de nosotros lo que hemos asegurado, después de haber seguido el camino equivocado lleno de lucha interior y lo que nos llena de orgullo ante otra gente. En la era de la manía judeo-capitalista por el oro, la posición y clase, el estado del pueblo nacionalsocialista se levanta como un monumento de justicia social y razón lúcida. ¡No sólo perdurará más que esta guerra, sino por el próximo milenio!
Si quieres saber más, lee “Hitler Speeches and Proclamations, 1932-1945: The Chronicle of a Dictatorship, Volume IV” [Discursos y Proclamaciones de Hitler, 1932-1945: Crónica de una Dictadura, Volumen IV], editado por Max Domarus.
Joachim von Ribbentrop (en la parte inferior al centro) y Joseph Goebbels en la sesión del Reichstag del 4 de mayo de 1941.