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El destino de Grecia parece sellado

El 2 marzo de 1941, inició la Operación Lustre, transportando tropas y equipo hacia Grecia, 26 buques de transporte llegaron al puerto de Pireo.

Los griegos habían repelido la invasión italiana a su país en contra de toda probabilidad; sin embargo, la firma de Bulgaria para formar parte del Pacto Tripartito y la entrada de tropas alemanas en terrenos búlgaros, hacían un anuncio ominoso sobre la próxima invasión de Grecia.

 

La Operación Lustre dio inicio el 5 de marzo de 1941. Tropas británicas, australianas, neozelandesas y polacas comenzaron a movilizarse hacia Grecia para tratar de hacer frente a la inminente ocupación alemana de la nación helénica, pero el fracaso de las negociaciones británicas para que Turquía se uniera a los esfuerzos aliados, así como la creciente presión de Hitler para que Yugoslavia formara parte de las fuerzas del Eje, hacían la defensa de Grecia prácticamente imposible. El 5 de marzo, Churchill envió un telegrama al señor Eden, el ministro de Asuntos Exteriores británico, delineando lo que parecía sellar el oscuro futuro de Grecia:

5 de marzo de 1941

 

De hecho la situación ha cambiado para empeorar. Siguiendo en su N° 54582 (MO5), a la cual aún no se ha recibido respuesta, los Jefes de Estado han presentado comentarios serios, que sigue a este comunicado. El fallo de Papagos para actuar según lo acordado con usted el 21 de febrero, la evidente dificultad para liberar a su ejército de contactos en Albania y el calendario de nuestros posibles movimientos proporcionados por Wavell en su 0/45461 del 3 de marzo, aunado con otros factores adversos pronunciados por los Jefes de Estado, por ejemplo, el aplazamiento de MANDIBLES (Mandíbulas) y el cierre del Canal [de Suez], hacen que sea difícil para el Gabinete creer que ahora tenemos poder alguno para evitar el destino de Grecia, a menos que entren Turquía y/o Yugoslavia, lo cual parece muy improbable. Hemos hecho lo mejor posible para promover la combinación de los Balcanes contra Alemania. Hay que tener cuidado de no instar a Grecia, contra su mejor juicio, a una resistencia solitaria y desesperada cuando sólo tenemos un puñado de tropas que pueden llegar a tiempo a la escena. Surgen graves problemas imperiales por comprometer a tropas neozelandesas y australianas a una empresa que, como usted dice, se ha vuelto aún más peligrosa. Estamos obligados a presentar ante los Gobiernos Dominios su 313 y el aprecio de los Jefes de Estado. No se puede predecir su consentimiento a la operación. No vemos ninguna razón para esperar el éxito excepto que, por supuesto, demos gran valor a las opiniones de Dill y Wavell.

 

Debemos, como se indica en mi telegrama Nº 396 para Atenas, liberar a los griegos de sentirse obligados a rechazar un ultimátum alemán. Si por su propia cuenta están decididos a luchar, tenemos que, en cierta medida, compartir su terrible experiencia. Pero un rápido avance alemán probablemente prevenga cualquier asignación de fuerzas imperiales británicas considerables.

 

La pérdida de Grecia y los Balcanes no es de ninguna manera una gran catástrofe para nosotros, siempre que Turquía continúe siendo honestamente neutral. Podríamos tomar MANDIBLES y considerar planes para INFLUX (Afluencia) o TRÍPOLI. Se nos aconseja por muchos sectores que nuestra expulsión ignominiosa de Grecia nos haría más daño en España y Vichy, que el hecho de la sumisión de los Balcanes, que nunca se ha esperado prevenir con tan solo nuestras fuerzas escasas.

 

Le envío éste para preparar su mente para lo que, en ausencia de hechos muy diferentes a los que nos ocupan, probablemente será expresado mañana en la decisión del Gabinete.

Si quieres saber más, lee “The Churchill War Papers: The Ever-Widening War (Vol. 3)”, [Los documentos de guerra de Churchill], editado por Martin Gilbert.

El terreno montañoso de Grecia favoreció una estrategia defensiva y las elevadas cadenas del Ródope, Epiro, Pindo y las montañas Olimpo ofrecieron muchas oportunidades defensivas para los griegos durante la invasión italiana. En la imagen, tropas helénicas preparan un cañón para hacer fuego.

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