La Luftwaffe requiere mayor producción de aviones
La planta de producción de Messerschmitt Bf109 en Regensburg, Alemania. La manufactura de cazas tomó prioridad debido al incremento en los bombardeos en las ciudades germanas.
El fracaso en la producción de aviones alemana fue evidente desde el comienzo de la Batalla de Inglaterra. A finales de 1940, la Luftwaffe había sufrido grandes pérdidas y necesitaba reagruparse. Las entregas de nuevos aviones eran insuficientes para hacer frente al agotamiento de los recursos; la Luftwaffe, a diferencia de la RAF, estaba fallando en ampliar su número de pilotos y aviones.
Esto se debió en parte a los fallos en la planificación de la producción antes de la guerra y las demandas del ejército, que ahora estaban tomando prioridad por las circunstancias prevalecientes en varios frentes. Sin embargo, la industria aeronáutica alemana estaba siendo superada desde 1940 por los británicos. Una de las muchas razones del fracaso de la Luftwaffe era que no contaba con los medios operativos y materiales para destruir la industria aeronáutica británica, algo que el tan esperado concurso de diseño del Bombardero B intentaba solucionar.
Sin embargo, no se estaba haciendo ningún esfuerzo por abordar la baja producción de la industria de la aviación alemana para soportar las tasas de pérdidas calculadas. El llamado “programa Göring” contemplaba la derrota de la Unión Soviética en 1941, no obstante, esto no ocurrió. Fue entonces que las modificaciones en la producción, propuestas por Erhard Milch, buscaban ampliar las tasas de producción. Nicolaus von Below, adjunto de la Luftwaffe de Hitler, recordó:
En la Luftwaffe un cambio básico resultó de la muerte de Udet: Hitler y Göring transfirieron a Milch la responsabilidad de toda la producción y suministro de la Luftwaffe. Göring hizo esto a regañadientes, pero Hitler lo quiso y probablemente Göring no vio otra solución. Milch era robusto, desconsiderado, demandante, radical y duro consigo mismo. Estaba horrorizado con el desorden en la que encontró la oficina del Generalluftzeugmeister y decidió poner las cosas en orden. Su prioridad era incrementar la producción mensual de aviones. Para 1942 él quería duplicar la cifra de 250 a casi 500 máquinas mensualmente. No fue tan lejos como para autorizar el cambio a bombarderos cuatrimotores en esta etapa. El veía como su tarea principal un incremento en aviones caza. Él sabía acerca de la producción de aviones británica actual y su enorme programa de bombarderos. Contra ellos Milch necesitaría primordialmente cazas y cañones antiaéreos. Al final de enero de 1942, él presentaría sus ideas al cuartel general del Führer. Hitler dio su respuesta acerca que el Ejército tomaba precedencia absoluta. Esto era comprensible, no obstante, tomé la oportunidad de mencionar de nuevo el tema de las dificultades de la Luftwaffe. Preveía, como lo hizo Milch, un incremento en los bombardeos británicos sin existir suficientes defensas aéreas para combatirlos. Hitler apuntó al fin de 1942 cuando Rusia sería rota. No creí eso, pero no dije nada. El hecho era que Hitler siempre había resultado estar correcto al final.
Si deseas saber más, lee “At Hitler’s Side: The Memoirs of Hitler’s Luftwaffe Adjutant 1937-1945” [Al lado de Hitler: las memorias del adjunto de la Luftwaffe de Hitler 1937-1945], de Nicolaus von Below.